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Fabulous Diamonds
Fabulous Diamonds II
Difiero en algunos puntos con el genial compositor Karlheinz Stockhausen al referirse en algún escrito a la música repetitiva sobre “viejos artefactos sónicos de herencia africana”, si bien Stockhausen es un genio musical, o un ente sónico que ha llevado a nuestros incrédulos oídos a sitios más allá de la imaginación, su investigación es despiadada y no deja opciones, estas con el o en su contra.
Afortunadamente, mi reconocimiento a Stockhausen no es algo que se diluya con el tiempo, pero soy persona de opciones y me gusta visitar los espectros blancos, así como los negros de la música, si bien Stockhausen ve en la repetición, una herencia negativa de los orígenes musicales del sonido en África, a mi me sigue pareciendo fenomenal la música de “trance” capaz de meterse bajo la piel y de envolver la mente, causando estados emocionales difíciles de experimentar de otra manera tan sana, por lo menos, sana.
La experiencia de la música de “trance”, de infinitas repeticiones nos llegó curiosamente vía otros alumnos de Stockhausen, la banda alemana Can, quienes eran capaces de absorber cualquier estilo musical y desarrollar nuevas derivaciones a través de infinitas ejecuciones coordinadas vía telepática.
Si bien, aprecio los años de estudio de algunos colegas, desprecio que ese conocimiento les de una actitud de desprecio hacia la cacofonía musical, es un “viaje” distinto, si bien agradezco infinitamente el trabajo de un Joan Sebastian Bach, rebosante de cambios y formas musicales, también aprecio las formas musicales de artistas de Mali, Etiopía, Tanzania, Ghana, Nigeria y demás regiones del África
Los Fabulous Diamonds nos traen desde Australia, (lugar que curiosamente ha traído excelente música de este tipo los últimos años) su segundo disco (grandiosamente titulado II, ya no hay bandas que nombren sus discos de esta manera), de un desarrollo superior al del primero, esta vez sus formas recurrentes enganchan con mayor fuerza, y se desenvuelven con mayor confianza y fiereza, como si un energizado Fela Kuti les prestara a uno de sus grupos para recrear corrosivamente uno de sus pasajes más intensos, no, no estamos ante una banda de afro beat, pero si ante una banda que se ha nutrido y bien de bandas del krautrock, como Can, Neu! O Amon Duul (algo de esa rareza sónica de los AD resuena aquí), o el post punk de los Wire, los The Fall o This Heat, y que nos lleva en un viaje de espirales minimalista moderno, como el que nos recetara hace unos años Michael Gira con sus Swans, aunque no tan extremo.
Bienvenidos a la gran misa cacofónica prepárense para dar vueltas en el infinito tornado de almas.
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