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Cold Cave
Cherish The Light Years
A medida que vamos creciendo el tiempo va adquiriendo una velocidad distinta, de niños era dificil esperar 5 o 10 minutos, y la espera nos parecía una eternidad, hoy me aferró a mi silla y me sorprendo de lo rápido que se van los días y las semanas, los meses y los años, hay que tener cuidado y prepararnos para el futuro, dónde nuestros días se vivan a la velocidad de la luz.
Poco a poco se van develando en lo que va del año los que serán indiscutiblemente lo mejor del año, el Fallen de Burzum, El Angels de Earth, El disco debut de James Blake y ahora el segundo disco (por lo menos con la casa disquera Matador) de los Cold Cave, para el que no los conozca, los Cold Cave es un grupo de nyork, con un sonido basado en los sintetizadores y con una inclinación por el sonido gótico de los 80s.
Como si de alguna manera nos diéramos un paseo por la etapa electrónica de The Cure y por la etapa inicial de los New Order, sintetizadores por todos lados, bien utilizados creando atmósferas y manipulando sentimientos a la vez, en lo personal creo que el sintetizador fue abusado en los 80s para llenar espacio y hacer más comerciales ciertas propuestas musicales, creo que el sintetizador atentó contra el poder de la guitarra eléctrica y como era de esperarse muchas de esas propuestas “infladas” de sintes terminaron viniéndose abajo como zeppelines, dándole una cierta aura de maleficio al instrumento, aun que el sinte como tal nos dio cosas hermosas en décadas anteriores con los experimentos de Kraftwerk, Brian Eno, Tangerine Dream o Klaus Schulze.
Si claro, ya meniconamos que bandas como New Order y The Cure ya habían caminado por estos rumbos muchos años antes, pero el trabajo de Cold Cave no suena a mera resurrección de sonido, sino a una exhumación y una “bastardización” de este, si, Dominick Fernow, el hombre responsable del monstruo interesantísimo conocido como Prurient (una leyenda dentro del underground y pionero de una corriente muy recurrida últimamente de noise creado con sintetizadores), o los sofisticados Black metaleros de vanguardia, Ash Pool, está al “frente” o bueno,” al frente”, pero a la vez escondido entre las sombras de este nuevo engendro, que rescata partes de aquel sonido de sintetizador que prevaleció en los ochentas y cual doctor Frankenstein revive el sonido con unas monstruosas implicaciones.
El otro gran nombre en la banda es Wesley Eisold veterano de la escena hardcore y que ahora nos sorprende manejando una línea vocal que nos recuerda aun Robert Smith más hambriento y brutal o a un Morrissey más arriesgado y oscuro.
Cherish The Light Years es el título de este nuevo disco, si bien en el primero las inclinaciones pop del grupo rebasaban por todos los ángulos, esta vez, con el primer tema The Great Pan is Dead derriban la puerta de una patada brutal, algo así como lo que Glen Danzig debió hacer en su disco de música electrónica, combinando melodía, brutalidad y tecnología, querían a Danzig electrónico? Bueno Cold Cave nos lo trae, Glen, dale una escuchada a este tema, de seguro podría servirle de inspiración y darnos algo aún mejor en esta dirección (y que mejor si incluye a Tommy Victor en la guitarra.)
La diferencia de este segundo disco con el primero es que en el anterior el grupo se colocaba por completo en el genero synth pop y agregaba elementos oscuros a la mezcla, esta vez el grupo suena revitalizado, la dinámica hardcore se impregna de forma mayor en varias piezas, que obviamente los ponen a la cabeza de intensidad dentro del genero de los sintes, obvio, ni Wesley no Fernow ceden espacio a la accesibilidad y vuelven a deleitarnos con un trabajo que se nutre de la formula pop, que aunque contiene un sabido elemento de riesgo siempre se muestra abierto y accesible a la escucha.
Cold Cave nos muestra nuevamente un trabajo arriesgado, que si bien no contiene la agresividad de las primeras grabaciones del grupo (que evolucionara directamente de los Prurient) tampoco se mete tan de lleno en la gótica dirección del Love Comes Close, un disco que nuevamente redefine carrera y dirección y que nos deja en claro que la banda sigue experimentando, reconfigurándose y buscando suelo fértil dónde echar raíces y crecer aún más.