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Billy Bao
Urban Disease
Si han visto películas de Michael Haneke, un reconocido director de cine austriaco, entenderán un poco a lo que me refiero, y es que el cine y la música van muy de la mano y ambos tratan de alguna manera de llegar a el estatus que la literatura ha alcanzado como arte, y es que el cine y la música aún siguen siendo artes muy populares, difícil de aceptar aún para muchos las películas de David Lynch, o los discos de Sunn O))) por ejemplo, mientras que en lo referente a la literatura, libros como Cien Años de Soledad, Rayuela, El Desayuno Desnudo, La Metamorfosis o El Lobo Estepario son consideradas obras maestras sin mucho lugar a discusión, pero bueno para el público que gusta de leer las revistas de espectáculos y escuchar el top 10, es un hecho que le sean igual de indiferentes los libros antes mencionados y seguramente preferirá su dosis de melatonina escrita proporcionado por los libros de motivación y auto ayuda (los más vendidos sin duda).
En particular tengo gratos recuerdos de Haneke en su película Funny Games, aquella de los chicos que aterrorizan a una familia, hay escenas muy particulares en que Haneke juega con su cinta y literalmente la hace “su” cinta, en ella los villanos rompen aquella “legendaria” cuarta pared y voltean a la cámara de manera deliberada y le hacen guiños, haciéndonos saber cómo público que estamos ahí, y que estamos ante una película y que los personajes, por lo menos ese, lo sabe, igualmente cuando las víctimas están por repeler el ataque de sus agresores, uno de estos usa un control remoto y regresa la acción hasta antes de efectuarse, nulificando la defensa de las víctimas.
Pues bien, ya habíamos hablado de Billy Bao, grupo Vasco de ruido anárquico, que nos trajo clásicos como el Dialectics of Shit y el May 08, lidereados por el controversial Mattin, artista sonora apegado a la estética noise y a la improvisación, el otro líder de Billy Bao, es precisamente el legendario Billy Bao, que no sabemos en realidad si exista, o sea una creación de Mattin, pero que grita en los discos y que supuestamente es un refugiado de Nigeria viviendo en España.
En sus anteriores discos, Billy Bao incluso nos incluye fragmentos de su “padre” musical, el legendario músico Nigeriano, Fela Kuti, ahora bien, porque oso comparar a Billy Bao con el cine de Haneke, por esta sencilla razón, Billy Bao o Mattin, saben que esto es una grabación y se saben dueños de ella y hacen lo que quieren con ella, en ocasiones hacen reventar el control del volumen, en otras lo enmudecen con igual descaro, el “feedback” es el rey en ocasiones, y la estética del noise reina en todo momento, lo curioso del arte sonoro de Billy Bao es que no concede nada a nadie, se sabe dueño de si mismo, e impone sus propias reglas, algo que muchos acusarían de “imperdonable” Billy Bao lo hace suyo por completo, el sonido aparece y desaparece de manera completamente “anormal”, si es que aquí existiese la normalidad? Decía un amigo mío, lo normal en un manicomio es ser anormal, y si, lo normal en una cinta de Billy Bao es la anormalidad, el saber que no somos dueños de lo que escuchamos, que esto no es música, es ruido, es arte y está en total control del grupo.
Si bien con sus anteriores discos, Billy Bao nos dio una sobre dosis de algo que pudiese describirse como una versión brutal (si aún más) y bizarra de los Stooges, ahora Billy Bao nos da su muy particular versión de los AMM, Stockhausen o Sun Ra, si todo ello enrollado y listo para fumarse, curioso que el trabajo de gente como Keith Rowe o Eddie Prevost (los legendarios AMM, quienes dieran una que otra lección en los 60s a gente como los Beatles, los Pink Floyd y los Henry Cow, entre otros) en el área de la libe improvisación, haga eco ahora en un grupo de noise punk de España, para ser más específicos del gran País Vasco, si bien muchos pensaban que Billy Bao, no era más que un punk sin mucho sentido y ejecutado torpemente e incluso mal grabado, ahora Mattin y compañía nos deja bien en claro que Billy Bao es un artista noise y de improvisación que no pide nada a nadie y que su arte está en completo control de ellos y de nadie más y que su música, está hecha según sus propios deseos y únicamente para complacer sus propios gustos, material suficiente para poner a cualquier amante del top 10 a llorar o a cualquier adorador de los libros de motivación o auto ayuda al borde del suicidio, finalmente la obra de los legendarios AMM, ha hecho eco en un representante digno de su improvisado, libre y disonante legado.
Tal vez la parte más irónica y más interesante de todo esto es que sus anteriores trabajos fueron regalados prácticamente y este su disco más abstracto y disonante sea editado por una disquera, surrealismo puro, el Michael Haneke de la música?